Un lugar lejano | Drama romántico | 90”

Director: Alberto Lecchi
Elenco: Ernesto Alterio, Carla Peterson
Produce: Twins Latin Films (Argentina)
Co Produce: Rizoma Producciones (Chile)
Fecha estimada de rodaje: Octubre 2026

Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2024:
Selección Encuentro de Coproducción
Premio BDC de Coproducción con México
Iberseries & Platino Industria 2024:
Selección Foro de Coproducción y Financiación

Storyline
Un pianista consagrado y una profesora de historia deciden convivir tras años de pareja.
Mientras Marcos planea su retiro de los escenarios y Ana se adapta a la vida compartida, una enfermedad inesperada irrumpe en sus vidas.
Marcos lucha por conservar la lucidez y componer una última obra. Ana, entre el amor y la duda, se enfrenta al dilema de quedarse o partir.


Storyline
A renowned pianist and a history teacher decide to live together after years as a couple. While Marcos plans his retirement from the stage and Ana adapts to shared life, an unexpected illness disrupts their world.
Marcos struggles to preserve his lucidity and compose one final piece. Ana, caught between love and doubt, faces the dilemma of staying or leaving.

Sinopsis

Marcos Sandoval es un pianista argentino radicado en España que luego de décadas de carrera, dice retirarse de los escenarios y componer una sonata de despedida. Ana es profesora de historia, conoce a Marcos “desde siempre” pero son pareja desde hace unos años, cuando se instaló en Madrid en busca de oportunidades laborales. Son pareja, viven en casa separada, pero el plan de retiro de Marcos incluye un proyecto conjunto con Ana, tener más tiempo juntos y le propone convivir.

Al poco tiempo de mudarse, Marcos comienza a mostrar cambios inquietantes: actitudes erráticas, una desinhibición inesperada, descuidos con el dinero. Todo se quiebra con el diagnóstico: demencia fronto-temporal, una enfermedad que no solo redefine sus días, sino que coloca a Ana frente al dilema de quedarse por amor o irse para salvarse a sí misma.

En Madrid, la soledad abruma a Ana y la convivencia se vuelve insostenible. Ana convence a Marcos de regresar a Argentina con la excusa de un cambio de aire y la promesa de un piano para que Marcos pueda avanzar en su sonata.  Allí, Ana encuentra una red de contención más sólida: su propia familia. Marcos se reencuentra con Ramiro, un hijo de casi 30 años con quién prácticamente no tiene relación y también conoce a Simona, una joven pianista callejera que llega en busca del maestro para prepararse para una beca.

Mientras Marcos se aferra a la lucidez que le queda para concluir la sonata, Ana pasa de la frustración y el enojo a la aceptación y la certeza de que cada momento compartido vale la pena.  Cuando la obra finalmente está terminada, Marcos ya no puede interpretarla. Será Simona quien la ejecute en la audición por su beca.  Allí Ana descubre que la sonata está dedicada a ella. En cada nota resuena la despedida de Marcos.

Ernesto Alterio es Marcos

Carla Peterson es Ana

Nota del director

“Un lugar lejano”, es una historia sobre las oportunidades. Mientras la demencia frontotemporal nos ocupa y se hace explicita en la superficie, en las diferentes capas que subyacen, el universo de personajes es atravesado por temas universales.

Marcos y Ana han vivido mucho, se han entregado cada uno a su pasión y eso los llevó a postergar muchas cosas. Ahora es tiempo, quieren vivir juntos una nueva etapa en sus vidas. Algo se abandona, algo vuelve a empezar y nace una oportunidad. Lo mismo sucede con los personajes de la historia. La demencia implosiona y separa, dinamita, pero al final es también una oportunidad para el reencuentro y para que renazca el cariño, la verdad y el legado.

Y en medio del dolor y las oportunidades, la música. Su potencia y su presencia permanente es el elemento que amalgama las piezas y le sigue dando oxígeno a nuestro protagonista. Si en “Un lugar lejano”, el amor nos demuestra que siempre hay una chance más, la música afirma que no se puede vivir sin pasión.

Como director encontré en "Un lugar lejano" una oportunidad para contar una historia por momentos desgarradora y emotiva, por momentos tierna e inteligente y por momentos graciosa, con ese humor que puede hacerse presente aún en el ojo de la tormenta.

Alberto Lecchi

  • En el primer acto todo es brillante, todo es felicidad y romanticismo. Marcos y Ana se  reencuentran después de décadas, renace el amor y se casan. Se van a vivir junto al amplio y categórico departamento del pianista. Aquí la cámara es un testigo más de esa felicidad y casi no participa activamente. Cuenta lo que ve, de manera más bien contemplativa y clásica tanto desde sus movimientos como desde los encuadres. Acerca al espectador a la vida y la acción de los personajes pero más bien desde “afuera”.

    La iluminación acompaña esta cuestión formal y clásica. Lo que viven los personajes es vital y pleno y así es la luz que entra por los grandes ventanales o acompaña a Marcos en sus sesiones de running por calles y plazas. Todo se ve hasta el infinito, todo está en foco, porque los personajes lo están. Las geografías, los escenarios y decorados son amplios y no limitan a los personajes en sus movimientos. Allí pueden ensayar, bailar, comer, hacer el amor. En gran parte del primer acto, los escenarios dan la sensación de plenitud y libertad. En estos espacios los ensayos de Marcos se vuelven categóricos y desatados, acompañando su talento y pasión. El piano de cola es justamente el elemento que marca la majestuosidad y grandeza que viven los personajes en este primer acto.

  • El segundo acto está marcado por la aparición de la enfermedad y el diagnóstico. Los síntomas que comienza a manifestar Marcos ponen en jaque la relación con Augusto, su alumno, y su situación económica. Marcos es responsable de un accidente automovilístico y pierde gran parte de su fortuna, incluido su departamento y su piano de cola. Aun así, sigue ensayando, intentando encontrar los caminos en un pequeño piano de estudio en casa de Ana. En este acto domina la bronca, la impotencia, el hecho de no tener las herramientas para enfrentar semejante desafío. Los ensayos de Marcos se vuelven brutales y hasta violentos, como su vínculo con todo lo que lo rodea y con él mismo. Aquí la cámara intentará “meterse” en la cabeza de Marcos, en su patología y en las arenas movedizas donde transitan Ana y los demás personajes. Todo gira alrededor de Marcos y la inestabilidad estará también dada desde la posición de la cámara, desde el uso de las focales y desde los encuadres.

    Vinculados a estos puntos de vista que sugieren inestabilidad se suma un nuevo elemento: El montaje. Desde este segundo acto el montaje sumado a la música nos dará esa idea de cuerda floja donde están los personajes. Marcos se vuelve impredecible, irascible e indiferente por momentos, mientras que en otros, sus espacios de lucidez permiten ver al personaje real, al que conocimos al comienzo. Los distintos usos de focales, largas para aplastar al personaje contra sus espacios o cortas para darle aire y los encuadres con acercamientos y alejamientos buscando la misma intención, otorgan la armonía entre comodidad e incomodidad que se busca generar en el espectador. Esos vaivenes emocionales en el espectador son los mismos que experimentan los personajes.

    La luz en este acto se va transformando, lo que antes era brillante y claro se vuelve claroscuro, sin llegar a ser penumbras pero sí en una clave más baja. El mundo gris en el que inevitablemente caen los personajes se vuelca al tratamiento de la imagen. En relación a los espacios, prima el pequeño departamento de Ana al que se ven obligados a mudarse. Con ambientes más chicos, la opresión y la idea de encierro que va sintiendo Marcos se hace latente, aunque siempre estará allí Ana para rescatarlo. Como en la demencia, no todo es blanco o negro, también dentro de la inestabilidad hay pequeños momentos de amor, de ternura y hasta de humor. La cámara, el montaje y la luz estarán allí para marcarlos y separarlos del resto en este segundo acto.

  • El tercer acto está marcado por la transformación total de Marcos y, aunque la enfermedad termina por precipitarse, encuentra algo de paz en poder regalarle su música a su alumno. Este regalo, este legado, será la forma que encuentra Marcos para vencer la enfermedad y su despersonalización. Del otro lado Ana, su incondicional, juntos descubrirán que lo que han vivido nadie se los podrá quitar y que algún día volverán a estar juntos para tener revancha. 

    Este tercer acto está marcado estéticamente por la música. La música que ha venido (justamente) en un in crescendo, encuentra aquí su punto culmine con la despedida de Marcos y el inicio musical de Augusto, su alumno. Los últimos ensayos de Marcos para darle forma a su trabajo final son la mezcla de locura, pasión y talento. Allí, es esos momentos que brotan cada vez con más fuerza hasta llegar al clímax, la cámara está más cerca, es cada vez más cómplice y más que nunca es el nexo emocional entre personaje/música/espectador.

    La luz vuelve a ser natural, y si bien no llega a ser del todo brillante, sí está más cerca del triunfo porque, más allá de que la enfermedad termina por vencer, es la forma en la que Marcos, Ana y Augusto dan batalla lo que nos da esperanza. En ese concepto, la esperanza, es donde también se apoya el tratamiento visual y lumínico. Lo mismo sucede con Augusto, los últimos momentos que pasa junto a su maestro serán los más felices y tanto la cámara como la luz acompañaran esta despedida que se vuelve herencia y legado.

    En cuanto a los espacios, se amplían nuevamente representados por dos lugares muy puntuales: El gran teatro adonde volverá Marcos para despedirse de su público y el parque donde encontrará la paz. Uno y otro son grandes, abiertos y marcan esa liberación necesaria para el personaje principal.

  • Compuesta principalmente por exponentes clásicos, románticos o post románticos (Chopin y Rajmáninov, entre otros), la música es el corazón de la historia. No solo porque el protagonista es un eximio concertista de piano, sino porque su función narrativa está absolutamente enraizada con lo que el personaje decide, vive y experimenta. La sonata de despedida que compone Sandoval es el hilo que vincula su cordura y su locura, su pasión y su indiferencia, su luz y su oscuridad. La música lo lleva alto y lo hunde, le acerca el amor y la amistad y lo aleja de todo. Es la música la que por fin le permite volver a ser el que siempre fue antes del final y es lo que deja como única y enorme herencia.

Status: Desarrollo Avanzado
Idioma original: Español
Guión: Gerardo Pranteda
Dirección: Alberto Lecchi
Director de fotografía: Sergio Armstrong
Directora de arte: Clara Notari
Directoras de casting: Katia Szechtman, Mariana Mitre
Directora de sonido: Inés Almirón
Música original: Nicolás Sorín
Montaje: Andrea Chignoli
Elenco confirmado Ernesto Alterio, Carla Peterson

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